Todavía no salgo de mi asombro. La pasada temporada futbolística vivió ciertos momentos desagradables cuando varios jugadores y técnicos euskaldunes realizaron declaraciones en euskera mientras asistían a ruedas de prensa tras haber disputado un partido a domicilio. Si los jugadores y técnicos contestaron en euskera fue porque los periodistas desplazados a esos encuentros les habían realizado la pregunta en euskera, un idioma oficial en este país, como el castellano, el catalán y el gallego. Dichos jugadores y técnicos fueron criticados en determinados medios de comunicación por no expresarse en la lengua de todos. Recuerdo estos hechos porque hace pocas fechas, con motivo de la visita a Madrid de Michelle Obama, la reina Letizia realizó parte de su discurso ante la primera dama estadounidense en inglés, que no es una lengua oficial en este país, aunque sí lo sea (¿todavía?) en la Unión Europea. Bueno, pues esa salida de tiesto de la consorte fue alabada por esos mismos medios que antes habían criticado a los deportistas euskaldunes, en una muestra del pesebreo y servilismo que en la Villa y Corte tienen hacia el poder establecido. El de Madrid, claro.