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Una Europa de solidaridad

Tendríamos que ser útiles en hacer un orden, y el respeto del Estado, actualmente desfasado y en fase de transformación, hacia formas legitimas que pudieran plantearse de organizarnos. Para disfrutar de los derechos fundamentales básicos y alcanzar la igualdad social e individual necesitamos un modelo de Estado distinto al actual. ¿Cómo se explica que tantos estadistas se resistan a la hora de desarrollar el proyecto de unión de los pueblos en la UE? Tenemos una concepción de la vida que no es razonable, que es insolidaria, que sigue actitudes y patrones cerrados españolistas, concibiendo nación cómo sinónimo de Estado, concepción que nos ha traído los problemas del paro, corrupción y de la concentración del poder en un partido hegemónico, que considera a los nacionalismos enemigos a priori y a sus ciudadanos como seres perseguidos por la legalidad del Estado-nación e integrados un Estado, con estatutos sin derecho a decidir.