Un santiamén

Resulta verdaderamente difícil vaticinar a estas alturas que candidato será, allá para el mes de noviembre próximo, el presidente de los Estados Unidos. Como de modo magistral reflejaba una destacada pluma del periodismo en su artículo del jueves pasado, la batalla librada por los dos candidatos que se perfilan ahora como presidenciables, arroja unos resultados del todo impredecibles. Y eso que -entre otras causas- por haberse ganado a pulso el republicano la enemistad del electorado hispano al haber tenido la desfachatez de emitir comentarios explícitamente racistas contra los mexicanos, las encuestas actuales otorgan una ligera ventaja a la demócrata. Pero que no se vaya a fiar ni un solo pelo la favorita de estos sondeos porque, en esta batalla tan larga hacia la Casa Blanca, las inclinaciones ciudadanas estadounidenses pueden revertirse en un santiamén.