Mindundis e ilustrados
Decía un buen amigo mío que las personas se igualan, y no siempre, en la enfermedad grave y en la muerte. Vamos, que lo de la igualdad, incluso la valorada geográficamente, es una falacia que se ha inventado el poder político y económico por quedar bien ante la sociedad en general y ante las mujeres en particular. A medida que prosigo en mis pesquisas sobre ese y otros temas, aumenta no solo mi seguridad al respecto sino también la percepción de que en mis investigaciones sociales sumo cada vez más puntos como excéntrica pirada. Y es que a veces toca hacer cosas realmente extravagantes para averiguar una verdad concreta. Me constaba desde hace tiempo que la llamada jerarquía institucional comprende mal el concepto de la igualdad, pero no tanto que ocurriera en diversos estamentos de uso corriente. Pues así es: hay personas que opinan a las claras, por aquello de sus intereses económicos, que no es lo mismo un mindundi que un ilustrado. Y no se cortan ni media en vocearlo cual verdad omnipotente delante de los ilustrados con posibles ante los que quiere quedar bien, así vayas tú de mindundi pobretón del año. Supongo que estas personas, el día que precisen sangre , un órgano, una médula, preguntarán antes si lo que les va a donar procede de un mindundi pobretón, no vaya a ser que se les pegue algo de la clase desfavorecida y sea peor el remedio que la enfermedad.