Refiriéndome a los por entonces (2003) máximos mandatarios de Estados Unidos (Bush), Reino Unido (Blair) y España (Aznar), participaba como anfitrión el primer ministro portugués, Duräo Barroso, quien en noviembre de 2007, siendo presidente de la Comisión Europea, declaró que lo “engañaron” en la reunión de las Azores. En ella se habían mostrado documentos que probaban la existencia de armas de destrucción masiva en Irak que posteriormente, resultaron falsos. Añadió además que habría sido Aznar quien más solicitó la celebración de la cumbre que acabaría desembocando en la invasión de Irak. Blair se disculpó por los errores cometidos en torno a esta invasió, al tiempo que reconoció que había “elementos de verdad” en las afirmaciones que la guerra en ese país ocasionó el auge de Estado Islámico. Los comentarios de Blair suceden poco antes de que se anuncie la fecha de publicación de una importante investigación sobre la invasión de Irak. Cuando salga este informe encomendadoal diplomático y exfuncionario público John Chilcot hace seis años, sabremos la verdad de los intereses petroleros de Estados Unidos. Las reservas petroleras del Golfo -de Arabia Saudita, Irak, Kuwait e Irán, en particular- representan cerca de 70% de las reservas mundiales. Mientras tanto, Bush y Aznar siguen en silencio y satisfechos de su actuación y no se responsabilizan de ser los grandes creadores del Estado Islámico, probable consecuencia del terrorismo islámico.