El fuego es un elemento de gran utilidad y uno de nuestros más grandes descubrimientos.

Pero, pese a que su dominio por el hombre ha supuesto un gran avance a lo largo de los tiempos, a veces, se convierte también en un terrible enemigo y en un motor de destruccion. Por eso, sorprende que el Museo del Fuego de Zaragoza -adosado al Parque de Bomberos de la zona número 2- sea casi desconocido para gran parte de la ciudadanía, porque ilustra adecuadamente la realidad de los bomberos, es decir, el ayer y el día a día actual.

Y es que, amén de exhibir una multitud de vestimentas, cascos, mangueras, vehículos y fotos antiguas correspondientes a las mayores catástrofes tristemente acaecidas en la ciudad, destaca sobremanera la amabilidad y el trato dispensado por el equipo de profesionales allí destinados.