La izquierda en este país se cree ganadora y poseedora de la verdad, si bien es cierto que el PP ha sufrido una derrota en sus feudos más acusados de corrupción, no es igual de cierto que siguen siendo la fuerza más votada. El PSOE debe ser fiel a sus principios y ser un partido de vocación nacional, lo cual es incongruente con su política de pactos, que le hacen parecer más bien una meretriz ideológica. Podemos y Ciudadanos suponen un aire fresco y un espíritu renovador que con suerte quizá merme la corrupción, el gran cáncer de nuestra generación. La democracia es un sistema de gobierno, pero tal y como se lleva a cabo en España deja mucho que desear, los pactos deben especificarse previamente a que depositemos el voto, si no refrendamos una dictadura de partidos corruptos que se autolegitiman con nuestro voto para hacer y deshacer a su gusto. Eso no es una democracia. Mejoremos ya.
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