No hay democracia sin libertad, ni es concebible un pueblo sin su derecho a decidir. Si no llegamos a esa conclusión de una manera natural, los abertzales, los que defendemos que Euskadi es un pueblo diferenciado, tenemos un futuro incierto. Si como patriotas nos falta determinación para asumir a ese mínimo, se puede dudar realmente de lo que somos o defendemos. En este sentido la iniciativa Gure Esku Dago es una plataforma interesante. Independientemente de cualquier otra consideración sobre la orientación política concreta de sus impulsores, representa una expresión original, impactante y bonita de todo lo que defendemos. En las ocasiones en las que he tomado parte en sus actos la encuentro integradora, emocionante y alejada de utilizaciones políticas. Tengo que reconocer que han sido los actos relacionados con la actividad política de este país que más me han tocado la fibra en muchísimos años. Me han parecido una auténtica representación de la pluralidad entre abertzales, llevada en paz por primera vez desde hace décadas, tremendamente respetuosa con las opiniones individuales de cada cual, por un objetivo nítido y compartido: el derecho a decidir. Por eso creo que es importante participar en la convocatoria en San Mamés del próximo domingo, 21 de junio, sin absurdos complejos y demostrando lo que piensa este Pueblo de sí mismo.