La Justicia, esa que es igual para todos, y la Hacienda, esa que dicen que somos todos, han impuesto dos multas a dos personajes populares con las que intentan escarmentar en cabeza ajena a todo el personal. Por un lado, Cristina de Borbón tuvo que pagar 600.000 euros como supuesta beneficiaria de los delitos fiscales que le atribuyen a su marido. Por otro, Joaquín Sabina pagó más de 3 millones de euros que le reclamaba Hacienda por presunta defraudación. Una y otro, ¿de dónde sacan el dinero? Si la primera no tenía claro cómo pagar los 6 millones por la mansión de Pedralbes y el segundo, como todos sus colegas de la música, se queja que desde que existe la piratería musical, sus ingresos han descendido de manera alarmante. Menos mal.
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