Respuestas para excusarse o justificar lo injustificable que no se debían admitir nunca: “Y tú más”, “porque todos somos iguales”, “si no lo hago yo, lo termina haciendo otro”, “no pasa nada, todos cometemos fallos”... Si no afrontamos nuestras responsabilidades y las evitamos utilizando estos argumentos, estaremos formando una sociedad de necios irresponsables, consentidos y muy peligrosos, a cuya vanguardia están demasiados miembros del mundo político, sobre todo de los partidos mayoritarios, y en los que la ciudadanía se siente reflejada e imita.