El domingo, día 11 de este mes, se publicaba en DEIA una reseña sobre el discurso del presidente del Gobierno español y del PP, Mariano Rajoy. Este señor solamente se atrevió a hacerlo en Tarragona, concretamente en un espacio bastante reducido, a juzgar por el número de asistentes, según esta reseña: 800 personas aproximadamente,.
En dicho evento acusó a Mas de querer llevar a Catalunya a una situación de parálisis, inestabilidad e incertidumbre, por no tener cuajo ni agallas para afrontar la crisis. Lo cierto es que Mas, en contra de lo manifestado por el presidente español, sí ha demostrado tener agallas desde el momento en que convocó las elecciones catalanas en las que estará implícito el referéndum para pedir la independencia.
No lo hace por ser incapaz de gestionar la situación, sino por estar harto de las falsas promesas del Gobierno central y las actitudes antidemocráticas, como la que tuvieron hace unos años, con el plan aprobado en el Parlamento Vasco y presentado por Ibarretxe en el Parlamento español, presidido entonces por Zapatero. Con Rajoy, no me cabe duda, el resultado hubiera sido el mismo..
A través de la historia se ha demostrado que la palabra de los diferentes gobiernos españoles no ofrecen mucha credibilidad a quienes pretenden justicia en sus aspiraciones y esto es así porque esta gente todo lo justifica por la razón de la fuerza, no por la fuerza de la razón