Hay un proverbio árabe que resume pluscuamperfectamente lo sucedido en Euskal Herria y por extensión en el Estado español en el último medio siglo. El dicho es el siguiente: "Cuatro cosas hay que nunca vuelven: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada".
De balas disparadas, por desgracia, en Euskal Herria sabemos un rato, así como de palabras cargadas de odio, inquina, resquemor y resentimiento, aun y como manifestó el buen alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, en Euskadi en 40 años se ha hablado poco y va siendo hora de sentarse alrededor de una mesa. Los tiempos pasados, tercera incógnita de la ecuación proverbial árabe, está claro que tampoco van a regresar, al menos si se hacen bien las cosas y se fortalece el cese de actividad armada de ETA; y en cuanto al cuarto punto, el de las ocasiones desaprovechadas, queda claro que hay sectores inmovilistas que no están por la labor de aprovechar favorables tesituras por la paz, llámese Aiete-2, donde se desarrollarían puntos relativos a las consecuencias del conflicto: presos, víctimas de ambos lados, desarme y desmilitarización, todo ello acompañado de algún gesto de ETA.