Temperatura en el metro
Cuanto más usamos nuestro modélico metro, más comprobamos su asignatura aún pendiente: la temperatura. De unos trenes a otros puede variar desde agobiante hasta destemplada. Esto resulta muy elocuente también si se hace transbordo o si voluntariamente se apea y se toma el siguiente.
El pretender justificarlo con su automatismo es una mala disculpa, porque toda regulación es ajustable a fija pero adecuada. Se reclama, por tanto, esta importante carencia.