Estupefactos nos hemos quedado la gente de a pie ante el ataque de destrucción masiva de Rajoy y sus jefes de la UE al estado de bienestar, o más bien al estado de supervivencia en el que vivimos.
Me ha extrañado no leer nada sobre reducción de gastos de la casa del rey en un 50% por decir algo (hablo de gastos, no de sueldo) para dar ejemplo, o eliminar los 14.000 euros que le quedan a Zapatero limpios tras su no menos limpia gestión, o meter a unos cuantos banqueros o especuladores en chirona, para regocijo del que va a pagar el 21% de IVA.
De esto no he oído nada. ¡Qué raro! Bah, son puras anécdotas dentro de la miseria moral general. Y lo peor del caso es que soy tan corto de miras que no veo que la ruina del Estado se vaya a solucionar con el atraco en cuestión.
El ahorcar a parados, pensionistas y demás seres no productivos, el aumento de la edad de jubilación y demás patochadas por el estilo y el cercenar el consumo solo sirven de desahogo a los que han provocado la debacle y complica aún más la creación de empleo.
Y que conste que no entiendo, gracias a Dios, nada de economía. Los que mandan tampoco. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Fusilar parados, incinerar a los jubiletas, aplicar la eutanasia a los enfermos pelmas, fomentar la alimentación con algas, irnos todos a servir de camareros en Alemania por menos sueldo que los magrebíes?
Solo nos queda seguir currando los que podamos y rezar a la Amatxu de Begoña , aunque he oído algo sobre el copago en las iglesias para el próximo consejo de ministros.