Quizá he sido tonto por no enterarme antes, pero he sabido recientemente que más del 65% de los ingresos de cada ONG se emplean en gastos de administración, viajes y demás prevendas. Tan solo el 35% va a ayudar al que verdaderamente lo necesita. Las ONG salen muy caras. Es un negocio, como en este mundo es todo. Gastar más dinero no significa tener la mejor sanidad ni la mejor educación, ni la mejor justicia. Lo que hay que exigir es eficacia y honestidad a los gestores. ¡Viva la utopía!