Otras de las diferencias que hay a la hora de votar el 20-N es que hay opciones a las que no se les dejan hacer bien las cosas y los que hacen las cosas mal con toda la intención, para mantener los privilegios de las clases dominantes (banca, empresas farmacéuticas, petroleras, imperios armamentísticos, etc.), que son las mismas que les ponen todas las trabas y las dificultades posibles a los primeros, para que no puedan hacer las cosas como ellos quisieran. Porque es obvio, y últimamente lo estamos padeciendo con los mercados, que una cosa son los que mandan y otros quienes tienen el poder, y cuando las dos cosas coinciden en su conservadurismo, el cóctel que se forma es el más perjudicial y más alejado de una sociedad justa y solidaria.