Soy un ciudadano que después de la jornada laboral acude al arenal de Laga para disfrutar del baño durante estos días calurosos.
Estaciono el coche a la orilla de la carretera, porque el aparcamiento está al completo. Eso sí, lejos de las paradas de autobús y procurando no obstaculizar el tráfico, como otros usuarios.
Al de un par de horas, después de haber gozado del baño, me dirijo al vehículo y en el sendero me cruzo con un joven que me indica que una patrulla de la Ertzaintza ha hecho acto de presencia otra vez y está sancionando a todos los vehículos.
Rápidamente, acudo al lugar y, efectivamente, el agente ha multado a todos los coches cercanos y sigue sancionando a aquellos estacionados en dirección hacia Laida.
Espero tranquilamente a su vuelta y le interpelo por el motivo de la sanción ya que no obstaculiza a nadie.
Su respuesta me deja atónito: "Son órdenes de arriba", me contesta. Lo primero que me viene a la cabeza es que a lo largo de la historia muchos que han cometido actos irracionales se han escudado bajo esta frase y, segundo, es el sentimiento de rabia, frustración e impotencia ante el hecho. Aquí, la pregunta del millón es dónde se puede estacionar el vehículo estando el aparcamiento al completo sin que te impongan una sanción. Nadie sabe la respuesta.
Ante estas sanciones arbitrarias e injustas que sufrimos los usuarios de este arenal, alguna autoridad tendrá que tomar cartas en el asunto, el diputado general de Bizkaia, el señor Bilbao, o el señor Ares, consejero de Interior o el alcalde de Ibarrangelua, porque todos pagamos nuestros impuestos y se exige una solución inmediata al problema.