Mi solidaridad y apoyo a los tres activistas españoles y al resto de compañeros/as secuestrados en aguas internacionales, asesinados y heridos por el Estado de Israel, así como mi reconocimiento a su integridad y a su compromiso solidario al negarse a ser extraditados. No se puede extraditar a quien no ha entrado ilegalmente en un país. Todos ellos son un ejemplo para el resto.
La valoración es simple y sencilla: No hay justicia mientras no haya por parte de los organismos internacionales una respuesta seria y contundente a estos ataques flagrantes a la legislación internacional, y mientras no se encause y se condene en los Tribunales Internacionales a los responsables de estos crímenes.
Ante la tibieza de nuestros gobernantes, la sociedad entera debemos salir en nuestros países a las calles, a las plazas, movilizarnos conjunta y masivamente para que nuestros países reaccionen como país, para obligarles a actuar a nuestros representantes, a los representantes políticos de la sociedad civil, de todos nosotros; para que los secuestrados queden libres inmediatamente, para hacer efectivas las resoluciones de la ONU, el levantamiento del bloqueo y la libertad del pueblo palestino.