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El daño descontado

Ni son bobos ni distan de saber lo que hacen. Lo saben muy bien. Los arquitectos de la estrategia de dinamitar el sistema de equilibrios comerciales mediante aranceles no se van a caer de un guindo cuando llegue la recesión. Lo consideran una purga que beneficiará a sus intereses. Una purga en forma de inflación, coste social, desempleo e incluso de liquidación de parte del tejido económico-empresarial. Y se la trae al pairo porque el daño de esas amputaciones no lo van a padecer ni los teóricos que manejan la ecuación ni los anarcomillonarios que les pagan por ejecutarla. Por nuestro bien, claro.