Hoy, afortunadamente, aunque nunca se está al cien por cien a salvo de sorpresas, el mal tiempo en la mar es predecible para que la flota se quede amarrada. No ocurría así a principios del siglo pasado. Una galerna se llevó por delante el 12 de agosto de 1912 a 143 arrantzales que faenaban a 45 millas del Cabo Matxitxako. Un terrible accidente que la localidad de Bermeo se empeña cada año en que no caiga en el olvido. No solo es importante la memoria para evitar repeticiones injustas y dolorosas. También es vital para recordar a quienes nos dejaron de manera trágica e inesperada.