VAYA por delante que ni me había planteado ir al cine a ver la película Barbie. Interés cero para un film que relacionaba con la historia de una muñeca que ha necesitado de generaciones para que se parezca más a las mujeres reales que poblamos la tierra. Pero el fenómeno que ha desatado la película de Greta Gerwig ha despertado mi curiosidad. Y más que el argumento sea que la chica en cuestión, Barbie, sea expulsada de su mundo ideal por no ser lo suficientemente perfecta. Toda una paradoja que me hace replantearme si, realmente, igual merece la pena ir a ver la película.