ANTEAYER, lunes, día 299 de la guerra, los niños ucranianos celebraban el día de San Nicolás, el primo hermano de Olentzero. Cada 19 de diciembre, el barbudo personaje acude a dejar sus regalos a las casas de Ucrania, y también de Rusia y otros lugares. Este lunes, sin embargo, recibieron también bombas. Por aquí hay niños que piden drones a Olentzero y Mari Domingi. En Ucrania piden que dejen de mandárselos. Han pasado 300 días desde la invasión rusa. El invierno muerde ya con fiereza, sin luz ni calefacción en muchos hogares. San Nicolás existe, o debería existir: somos nosotros.
