SE llama Hadi Matar. Es improbable que haya leído jamás una línea de Los versos satánicos de Salman Rushdie y mucho menos cualquier otro de los libros del escritor. Imposible que, habiendo acuchillado a Rushdie, haya tenido en sus manos Joseph Anton, las memorias del autor condenado a muerte solo por escribir en las que cuenta su etapa en la clandestinidad para huir de fanáticos que querían asesinarlo –y cobrar la recompensa–. Matar es su apellido, pero él no tiene la culpa de su significado en castellano. Pero sí de llevarlo a la historia de la infamia. l