COMPRENDO cierto interés en conocer las entretelas de las decisiones penitenciarias pero no encuentro sano el recuento de la evolución de grado penitenciario, traslados y excarcelación de los presos de ETA. Al menos, por comparación con la ausencia total de difusión de los equivalentes con delitos de homicidio, narcotráfico, robo con violencia o agresiones sexuales. Me interesa cuántos presos vascos por terrorismo cumplen pena en Euskadi tanto como cuántos narcotraficantes lo hacen en Galicia o cuántos pilotos de patera en Andalucía. ¿Sigo con los estereotipos?