pasó lo que llevábamos días esperando, el cese de la directora del CNI Paz Esteban. Llevábamos dos semanas jugando al gato y al ratón cuando la situación se le iba complicando especialmente al presidente del Gobierno, al igual que a la ministra Margarita Robles.

Presidente y ministra nos sorprendían a todos el pasado día 1 dando una rueda de prensa para comunicar que ellos también habían sido intervenidos o escuchados, violados en su intimidad por Pegasus, pretendiendo con ello apagar el incendio que se estaba provocando desde diferentes frentes nacionalistas, especialmente desde el frente catalán. La pérdida de confianza, el cansancio y la falta de la mesa de diálogo prometida, favorecía este clima, y evidentemente no podíamos obviar las escuchas a personas catalanas para que quedase, como siempre, en una cortina de humo.

Llevábamos dos semanas pensando que Paz Esteban iba a ser la cabeza de turco, puesto que Margarita Robles es de la Guardia Pretoriana del presidente del Gobierno. Si tenemos en cuenta que el Partido Popular no está haciendo sangre con este tema, ya que mantiene un perfil sumamente bajo, ¿Qué opciones tenía Pedro Sánchez para poder salvar a la Ministra Margarita Robles?

Evidentemente a ella no se la iba a cesar bajo ningún concepto, pero, como siempre, el conflicto acaba con una cabeza, y como no puede ser de otra manera, con la de la directora del CNI. Mucho ha durado, ya que todos esperamos que fuera la semana pasada tras la convocatoria de la comisión de secretos oficiales. Sorprendentemente compareció, informó y parecía que sobreviviría a esta caza de brujas. Nuevamente nuestro nivel de sorpresa se puede ir superando día a día como ha sido el caso con el cese y posterior nombramiento de Esperanza Casteleiro como sucesora. l