IENTRAS el mundo está contando muertos en Ucrania, pasan más cosas y algunas muy graves porque a la chita callando, El Campechano se ha vuelto a ir de rositas. Un hurra por la Fiscalía que aprovecha la invasión y el drama para anunciar una decisión que tenía tomada desde el principio, dar carpetazo a la investigación sobre la fortuna secreta en el extranjero de Juan Carlos I. Hip, hip, hurra. Y es que tiene muy poco mérito lo de exculpar al emérito. Ni comisiones del AVE a La Meca, ni regalos de multimillonarios, ni patrimonio oculto en Jersey. El comisionista defraudador con dineros en paraísos fiscales vuela libre como un pajarito. Juanito ¡que alegría!, la justicia te da la razón. ¡Igual hasta tenemos que indemnizarte por los daños morales! Pufos tiene hasta el infinito, pero le han perdonado una parte porque lo hizo cuando era inviolable. Otra parte, se la han pasado por el forro porque había prescrito. Y en la otra, hacen la vista gorda porque lo regularizó. Con el horizonte judicial despejado, El Fugas ya puede volver a España a vivir sus últimos años en paz a costa de sus ahorros. Hay que recordar que también ha quedado libre su yerno, Urdangarin, que se ha pulido en un pis pas sus casi seis años de condena e incluso le ha dado tiempo a echarse novia. ¡Qué buen momento han elegido para restregarnos por las narices que la justicia es igual para todos! clago@deia.eus