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El sacacorchos

En busca del equilibrio

L uso bancario habitual no es el de siempre, en parte por los contratiempos de la pandemia, en parte porque los bancos han modificado los usos y costumbres habituales y dificultan el acceso a las cuentas por el norte y por el sur, por el este y por el oeste. Tan complejo ha quedado el acceso a las cuentas corrientes en según qué edades y qué circunstancias que Eudel se ha cruzado de por medio en busca de una solución que mejore el día a día del manejo del dinero. Cuando una parte de la sociedad se queja de que no tiene acceso libre a su patrimonio por las nuevas reglas habilitadas por los bancos (el manejo de los cajeros automáticos , las colas interminables, los horarios estrechos como la cintura de una bailarina de cancán...) la administración ha entrado en juego para facilitar, en la medida de la posible, que la inmensa mayoría pueda disponer de su capital como Dios manda. ¿Lo podrá conseguir? ¡Quien sabe!

No es fácil encontrar una solución que responda a las necesidades de las dos partes de una transacción bancaria. Seguro que no. Pero sí que, visto desde fuera, a uno le da la sensación de que es más fácil encontrar una salida para una entidad financiera que para una persona de setenta y tantos años sin capacidad para adaptarse a las nuevas maneras. Las quejas y reclamaciones ya están siendo analizadas en Euskadi para buscar un equilibrio necesario para que todas las partes encuentren una salida. Las últimas noticias apuntan a que los bancos ya están reaccionando ante las dificultades manifiestas para efectuar operaciones por vía telemática. Tienen que hacerlo si no quieren que estalle una revolución de la clientela. La opción contraria (pasar del conflicto...) es peor. Obligaría a pensar, a quienes se detuviesen a reflexionar, que a las entidades financieras les importaba una higa el futuro de la clientela de pocos recursos. ¿No es así? Bien. Ahora tienen la oportunidad de demostrarlo. Si se niegan a dar su brazo a torcer demostrarán que, para ellos, el negocio pesa más que las personas.