L pasado lunes me despertaba y como cada día le echaba un ojo rápido a la prensa digital. Pronto vi una noticia que me llamó la atención, primero por lo irracional del titular y segundo, porque es un tema que se puede decir que me toca la fibra personal. El titular en cuestión era: "Quitan la custodia a una madre por vivir en la Galicia Profunda y no en la cosmopolita Marbella".

Cuando leo un titular así, me pongo en modo alerta. Generalmente se deben a una filtración interesada de una de las partes. Decido buscar un poco más de información en el gran mentidero del siglo XXI, Twitter. No tardo ni tres minutos en encontrar una periodista de una revista especializada que ya ha tenido acceso al auto y que en un artículo ya deja claro que la expresión "Galicia profunda" es una frase sacada de contexto de un Auto de 22 folios fechado el 8 de octubre de 2021 por Dª María Belén Ureña Carazo Magistrada-Juez del Juzgado de Primera Instancia Nº 7 de Marbella, que, por otro lado, pone punto y seguido a lo que personalmente calificaría de una actuación ágil y bien fundamentada para la regulación en forma de previas de relaciones paternofiliales. Ágil, porque apenas un mes y cinco días tras la decisión unilateral de la madre para el traslado de la residencia del menor, la magistrada ordenó restituir al menor al domicilio paterno. Y bien fundamentada, porque entre otros aspectos, la magistrada ha aplicado en este Auto la perspectiva de género dictando: "... no hay que dar por supuesto que una madre, por el hecho de ser mujer y haber parido a un hijo, esto es, por razones puramente biológicas, está más capacitada o tiene cualidades o habilidades especiales para cuidar mejor a un niño, especialmente, si es de corta edad. De admitir esto, estaríamos perpetuando el papel de la mujer en el modelo de la sociedad patriarcal, vigente durante tantos siglos, en el que su posición ha sido secundaria o subordinada respecto a la del hombre, por el mero hecho de ser mujer, esto es en atención al sexo lo que supone un sesgo de género".

Pero esto al público en general no le dice mucho, pero los regionalismos sí que calan hondo, y eso la defensa de la madre lo sabe.

No sé si los lectores han visto la serie La Fortuna, sí, esa que grabó una batalla naval en la bocana del puerto de Pasaia allá por el mes de abril. (Aviso que viene minispoiler). Pues si la han visto me pillarán enseguida el paralelismo, y si no, intentaré explicarme sin destripar la serie. La serie va de una empresa de exploraciones subacuáticas americana (piratas de hoy en día) que busca pecios en las aguas del estrecho de Gibraltar para recuperar el oro que transportaban. Localizan La Fortuna, un barco de pabellón español que fue hundido en batalla contra navíos ingleses (piratas de la época) y se apropian de más de 500.000 monedas de oro. El gobierno de España contrata los servicios de un abogado estadounidense especialista en derecho náutico (Morgan Freeman). La mayor preocupación durante el juicio del bueno de Freeman es que la defensa de los piratas no intente convertir el juicio en una guerra mediática España vs USA que desvirtúe el hecho principal que se juzgaba, que no era otro que determinar si las monedas debían restituirse a su propietario legítimo y si la empresa había realizado un reprobable acto de piratería al apropiarse de un pecio en aguas patrias. ¿Por qué temía esta acción el abogado? Pues porque no hay nada más patriótico que un norteamericano al que le tocan su gran nación. Bueno, a lo mejor un gallego al que le tocan la tierriña se acerca bastante.

Aquí está claro que la defensa de la madre ha llevado o se ha encontrado la pelota en su terreno. Se lleva dos días hablando de "si es mejor criar a un niño en una aldea de la Galicia profunda o en una ciudad cosmopolita como Marbella". Pero no se habla de que esta historia comenzó con una madre que decidió de manera unilateral, despreciando la opinión del padre con muy malas formas e insultos, llevarse a un bebé de 13 meses a vivir a 1.084 km de su padre como si de su scattergories se tratara. Obviando que la patria potestad es cosa de dos a no ser que un juez diga lo contrario, mensaje que queda claro en este auto.

No hay que olvidar que este procedimiento no ha terminado y que será en el principal donde se determinen las medidas de relaciones paternofiliales definitivas. No puedo ser ajeno a que los anuncios de quejas al CGPJ y la solicitud de reprobación de la magistrada que asociaciones, partidos políticos regionales y defensa de la madre anuncian en los medios a bombo y platillo buscan tener un efecto disuasorio sobre esta o su sustituto en el hipotético y poco probable caso en que prosperen. Lo que no me explico es que ningún abogado defensor quiera poner el foco en un auto en el que se aceptan unos mensajes de Whatsapp(prueba preferida en los procesos de familia) en el que su clienta se muestra como una persona autoritaria, sin respeto hacia el otro progenitor y que trata al menor como un objeto de su propiedad.

Veremos en qué termina este asunto, pero desde luego comienza de la peor forma para un menor, que es lo que realmente nos importa a algunos. * Presidente de la Federación Vasca para el Apoyo Integral en las Crisis Familiares