EO en un diario madrileño que las 200 mayores fortunas del Estado han perdido 23.000 millones en el último año a consecuencia de la crisis provocada por la pandemia y el impacto en sus negocios e inversiones. A duras penas puedo contener las lágrimas... por todos nosotros. Porque se me ha ocurrido echar cuentas del impacto de semejante sequía aguas abajo. Y me salen las miles de familias cuyo ajuste salarial o de empleo ha pagado y pagará esas pérdidas y su menor capacidad de inversión, que no se notarán en la despensa de esos 200 pobres ricos pero sí en las de sus empleados.