L año 2020 quedará marcado en nuestra memoria como el año de la pandemia de covid-19, una situación sanitaria inédita que está requiriendo un gran ejercicio de responsabilidad y esfuerzo por parte de todos:

Los científicos tenemos la responsabilidad de dedicar nuestro conocimiento, trabajo y medios técnicos para encontrar soluciones que contribuyan a atajar la pandemia. Sin embargo, debemos realizar esta tarea con coherencia, rigurosidad y honestidad. Hoy en día, la investigación biomédica es un campo altamente especializado y, aunque cada uno de nosotros debe esforzarse para descubrir cómo puede contribuir a resolver los múltiples desafíos que la pandemia nos está planteando, es nuestra responsabilidad no caer en la tentación de transfigurar nuestra investigación intentando adaptarla al tema de moda o financiable. Esto, además de malgastar recursos y esfuerzos y de crear falsas expectativas que muy difícilmente pueden fructificar, perjudica la imagen que la sociedad tiene de nuestro trabajo. Apoyemos decididamente a los virólogos y expertos en el desarrollo de vacunas que tenemos en el país, escuchémoslos y no dudemos en poner nuestra capacidad de trabajo a su servicio si lo consideran necesario, pero que sean ellos los que nos guíen. La investigación en biomedicina es una carrera de fondo altamente competitiva y debemos dar continuidad a nuestros proyectos no solo para rentabilizar el talento especializado ya generado, los resultados alcanzados y los recursos ya invertidos, sino para continuar progresando en el conocimiento de enfermedades con un enorme impacto social.

En cuanto a los políticos, esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de apoyar la investigación científica de calidad. Si queremos un país competitivo e independiente, capaz de dar respuesta a ésta y a nuevas crisis sanitarias, la apuesta por la financiación de la investigación científica debe ser firme y a largo plazo, no solo a nivel estatal sino también a nivel autonómico. Es triste comprobar que, gobierno tras gobierno, las promesas de alcanzar niveles presupuestarios en investigación similares a los grandes países de Europa, repetidas durante las campañas electorales, nunca se acaban cumpliendo. Es importante recordar a los políticos que no caigan en la demagogia de desviar el dinero que se dedica a la investigación únicamente a los temas covid-19. El dinero para el covid-19 debería venir de un presupuesto adicional, sin restar recursos de otras temáticas de investigación. Este es el momento de respetar y apoyar que los grupos de investigación sigan fieles a sus líneas de investigación y que éstas reciban el apoyo y la ayuda que necesitan para realizar su trabajo. Si en las décadas previas no se hubiese respetado y apoyado a los grupos de investigación que trabajaban en virus, bajo el pretexto de que lo importante para nuestra salud eran las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o el cáncer, hoy no podríamos contar con ellos. No podemos permitirnos el deterioro o la paralización de nuestro entramado científico, así como tampoco se pueden desatender, por la llamada de la inmediatez, áreas de investigación como el cáncer, las enfermedades raras o el Alzheimer, por poner algunos ejemplos.

En nuestra sociedad, la novedad y el alcance de la crisis está requiriendo la toma de medidas a muy diferentes niveles, muchas veces sin criterios claros. Sin embargo, nuestra responsabilidad como sociedad es atender las recomendaciones de los expertos y minimizar en lo posible el impacto de la pandemia. Además, como sociedad, podemos y debemos exigir a las instituciones y a los políticos que asuman sus compromisos y gestionen de forma eficaz los recursos económicos, priorizando áreas de interés nacional como la investigación, la sanidad y la educación con miras a largo plazo. La pandemia nos está exigiendo nuevos comportamientos sociales y parece que sólo el calendario mantiene la normalidad.

Hoy, día 24 de septiembre, se celebra el Día Internacional de Investigación Contra el Cáncer y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha realizado un gran esfuerzo para adaptarse a esta nueva situación y seguir contribuyendo a la investigación. Con las aportaciones a las huchas digitales de la AECC o a los dorsales virtuales de la VI Marcha Contra el cáncer de Gasteiz, a la que tanto tiene que agradecer nuestro grupo de investigación, todos podremos decir "yo ayudo".

Porque no nos podemos parar, gracias a todos por vuestra ayuda y colaboración. En estos tiempos difíciles, en los que venceremos al covid-19, tenéis nuestro compromiso de seguir investigando con rigor y esfuerzo para, entre todos, avanzar en la lucha contra el cáncer. * Programa de Hepatología, Cima, Universidad de Navarra