LOS sindicatos tienen legitimidad plena para movilizarse en la calle. Exactamente la misma legitimidad que otras organizaciones. La calle, en efecto, es de todos. También la derecha -y los obispos- la han utilizado para sus "reivindicaciones". Es tan obvio como remarcar que, con idéntica legitimidad, la pasada huelga no estaba convocada por todos los sindicatos. Otra cosa son los motivos reales, el momento y su manipulación. Y la utilización populista de quienes nos auguran una "primavera roja". Mientras el planeta aguante, la primavera será siempre multicolor.