NO le veo la virtud a usar el caso De Miguel para concluir que Euskadi es como España materia de corrupción. No porque no resista comparación -Noos, Palmarena, Ballena Blanca, Malaya, Gürtel, EREs, tarjetas Black, Brugal, Palau, Pretoria, Mercasevilla,...- sino porque tiene más que ver con la espina que necesitan sacarse quienes han cargado con un estigma ganado a pulso. Yo no creo que la corrupción política sea algo muy español y mucho español, como diría Rajoy pero, hoy por hoy, en la lista de partidos citados en sentencias por corrupción no los hay nacionalistas vascos.