EL nivel del debate político se enriquece día a día y así Alicia Rubio, a la sazón diputada de Vox en la Asamblea de Madrid, acaba de sacarse el doctorado en corte, confección y palabrería. La susodicha asegura que impondría como asignatura obligatoria, en lugar de feminismo, costura, porque “empodera mucho coser un botón”. Sí. Es importantísimo que las niñas aprendan en la escuela costura y que los niños den clases para manejar las ballestas y las lanzas. Total, con los años nadie va a recordar cómo resolver una integral y, sin embargo, todo el mundo será capaz de subirse el dobladillo. Por eso propongamos incorporar en el temario de la ESO disciplinas como El arte de la plancha, o Complace a tu amo: curso de servidumbre avanzada. Y los chavales no deben perderse, Historia de la tauromaquia: Lagartijo y Frascuelo. ¡Buah! Vuelve la Sección Femenina más rancia con aquel ideal de mujer falangista, abnegada y entregada a las tareas propias de su género haciendo vainica ciega y ojales. Mis Labores, creo, se llamaba la asignatura en el franquismo. Ya lo dijo Pilar Primo de Rivera: “No hay que ser una niña empachada de libros que no sabe hablar de otra cosa? no hay que ser una intelectual”. Será porque mientras la peña cose, no piensa. Oye, Abascal, dile a Rubio que se calle... a no ser que tú te lleves al Congreso el punto de cruz para empoderarte mientras oyes los discursos.
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