ALFONSO Alonso es buen pagador. Obtuvo de Pablo Casado el cierre de la brecha abierta por Álvarez de Toledo y le ha obsequiado a cambio con un hilo del que tirar del hilván de Ciudadanos. No es que el traje de Albert Rivera se vaya a descomponer sin más por quedar en evidencia que el PP vasco y la inocua sucursal de C’s estaban por compartir siglas el 10-N. La clave aquí es inocua. Pero allí, en Madrid, la lectura es que otro alto cargo del partido de la nueva derecha ha sido purgado. El PP se muestra, a cambio, acogedor. La casa común de Casado. Rivera está resultando bisoño.