Síguenos en redes sociales:

Corriendo hacia la paridad

NO sé si es un fenómeno que se circunscribe a las zonas en las que yo me muevo (aunque ya sería casualidad), pero en los últimos tiempos he podido comprobar que las mujeres han hecho una irrupción cuantitativa y cualitativamente contundente en eso que siempre hemos llamado footing y que ahora se llama running. Digo cuantitativamente por el número de mujeres que veo correr por calles, parques y carreteras, y cualitativamente porque los ritmos que llevan dejan claro que no se han calzado las zapatillas por primera vez ayer por la mañana. Los organizadores de la carrera popular más multitudinaria del ámbito vasco, la Behobia-Donostia, se han marcado como reto conseguir la paridad entre corredores y corredoras. Quieren hacerlo realidad para 2025 y lo que yo veo por la calle me dice que es una meta más que alcanzable. En esos recorridos por los que habitualmente sudo, son más ellas que ellos: la paridad sería, así, un reto en todo caso para los korrikalaris masculinos. Esa proliferación de corredoras no es un fenómeno que alguien podría achacar (estamos infestados de micromachismos) a una coyuntura veraniega ligada a la operación bikini. Nadie corre todo el año por cuestiones estéticas; para eso hay otros sufrideros. A este paso, llegará el día en el que los Aupa neskak! que resuenan en las carreras populares se tornen en Aupa mutilak!: porque seremos menos y porque iremos a rueda, y con la lengua fuera.