LA chavalería crea sus propios códigos y construye un entorno de relación y psicosocial propio pero no necesariamente evolucionado. Acostumbramos a asimilar el concepto de menor con el de infancia y a minimizar sus pecados, que son una versión de los nuestros. Así que habrá a quien le parezca una chiquillada que los chavales llamados a protagonizar el torneo junior de pelota de Azkoitia cruzaran mensajes vía WhatsApp de pura simpleza y rancio machismo. Pues se han quedado sin torneo, por niñatos. No hace crecer el tiempo sino la experiencia. Esta debería ser muy educativa.