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¿Hay vida más allá de la Triple V?

Entre fuertes tensiones políticas dentro del Estado español se fortalecía la tendencia de centroderecha y derecha extrema que llevaba a considerar que un Estado, por su propia razón de ser, esto es, la defensa de la integridad territorial y el bienestar de sus ciudadanos en un régimen de libertades, no podía ser plurinacional. Para ellos, si había que modificar algunos artículos de la Constitución tras estos 40 años, se debería empezar por el artículo 2 y, así, en vez del actual enunciado del “derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran”, quedara reflejado un definitivo “derecho a la autonomía de las regiones que la integran”. Para la Triple V ( VOX, Valls, Varones del PSOE ) la inclusión de la palabra “nacionalidades” en el texto constitucional había estado creando demasiados desvaríos y especulaciones en estas décadas, incluso en gentes bienintencionadas que se dejaban arrastrar en corrientes políticas de avezados aventureros. Nacionalistas, separatistas, republicanos, populistas antisistema, configuraban desde sus frentes ideológicos unos escenarios que, para la Triple V, no encajaban en la realidad de esta Gran España cuya unidad quedaba sellada desde el inicio de su existencia como nación bajo la jefatura de la institución monárquica. Las raíces de convivencia en el idioma vernáculo, los condicionantes históricos salpicados de enfrentamientos armados y de ententes forzados con los ejércitos vencedores tras las anexiones territoriales, las actitudes profundas en torno a libertades que se estimulan desde unos sentimientos autóctonos, la compenetración en unos valores que les identifican como pueblo con vocación política de permanencia? ¿iban a verse arrastradas, volatilizados, iban a desaparecer tras este como tsunami político de la Triple V?