Hablo de balompié en general, y el Mundial 2018 en particular. Al menos tres de las selecciones favoritas a ganar el Mundial, ya han recibido el finiquito. Y es que no hay enemigo pequeño, pero sí bajito. Los japoneses, en plan samurái, iban ganando 0-2 a unos belgas desquiciados que llegaron a contar varias veces los jugadores nipones porque creían que eran más de once. Pero, claro, les bastó con dos cuelgues al área y posteriores cabezazos de los “altius, fortius” Diablos Rojos, más otro gol de regalo, para corregir el fúnebre escenario. La sombría, desconcertante e inmutable selección española, esta vez sin el 80% de apoyo de aquel Barça imbatible e irrepetible, fue más fugaz. Y para terminar, diré que algunos grandísimos futbolistas también fueron actores e hicieron películas o lo que sea, caso de Pelé, Di Stéfano, etcétera. Y los hay que, sin haber tenido contacto con el celuloide, nada tienen que envidiar a Laurence Olivier o Marlon Brando, por ejemplo. Es deplorable contemplar cómo un mínimo contacto equivale a un descabello. ¿Cómo acabará esto? El VAR sabrá, creo?
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