Mucho está tardando el Gobierno español en aplicarle el artículo 155 a la Justicia alemana. La Sala II del Tribunal Supremo ha asegurado que “no es razonable” la decisión del tribunal de Schleswig-Holstein de negarse a entregar al president Puigdemont por rebelión, y acusa a ese órgano del sistema judicial alemán de “falta de rigor”. El alto tribunal español asegura que “si los hechos que se han venido cometiendo en España se hubieran perpetrado en un land de Alemania con los mismos factores de evolución, tiempo y resultado, no parece muy factible que todo ello se saldara con una sentencia condenatoria meramente simbólica como se dice en la resolución del tribunal regional superior de Schleswig-Holstein”. Es decir, el tribunal germano actúa de forma torticera y no estaría mal que fuera despojado de sus competencias con la aplicación de un euro-155, y fuera suplantado por jueces españoles, que saben muy bien lo que hacen. Tienen mucho que aprender los alemanes de los españoles. Es evidente la dejación de funciones de la justicia teutona. No se entiende, de otra forma, que no haya nadie en prisión en aquel país por actividades terroristas tan evidentes como participar en protestas populares, cantar rap con letras gruesas o haberse liado a tortas en una noche subidita de alcohol. Mirar para otro lado sabiendo que eso es delito es pura y dura prevaricación. ¿A qué espera Rajoy? ¿A qué espera Europa?