30 años han pasado desde que se firmó en Ajuria Enea el acuerdo para “la Normalización y Pacificación de Euskadi”. Los políticos son unos artistas en el arte de “demorar” los tiempos políticos, de alcanzar soluciones que lleguen a tiempo y no esperar a las “rebajas” de temporada. Ya casi hemos olvidado aquel 1978 cuando se público el Estatuto de Autonomía de Euskadi. Llevamos camino de que la puesta en marcha del TAV en Euskalherria, rebase también el número de años de puesta de largo en Euskadi, cuando en el resto del Estado Español les resulta ya obsoleto semejante medio de locomoción. ¿Por qué será? Que siempre que los vascos solicitamos algo, que por derecho nos corresponde, el gobierno de la nación española anuncia demora tras demora, pone impedimentos y trabas e incluso recurre al Tribunal Constitucional para dilatar, sine die, los tiempos eternamente.
El pueblo catalán, y entre ellos los independentistas con presencia en el gobierno de la Generalitat, han dicho ¡basta¡, así no podemos seguir y el Estado español ha respondido con el 155 de la Constitución. Nuestro lehendakari Urkullu que ya les avisó con tiempo de que no podían tejer semejante alfombra por falta de “hilos de unión”, ahora con todo sobre la mesa de negociación, sugiere “ no tener miedo al derecho a decidir” “ si es pactado y consensuado”, cabe añadir “ que baje dios y lo vea”. Mientras España ve pasar los años con un gobierno del PP corrupto hasta las cachas y anunciando su continuidad en sucesivas legislaturas, solo nos queda ir uniendo fuerzas políticas, convenciendo de lo bueno y positivo de nuestras acciones, limando asperezas con el resto de comunidades autónomas, en definitiva logrando que el poder del estado adquiera una altura de miras y regrese al pueblo del que nunca debió salir. Todo en esta vida, salvo la muerte tiene solución, así que debemos esperar pacientemente a que las mentes preclaras en años sucesivos vean como lógico y normal que los pueblos tienen de verdad alcanzado “ el derecho a decidir”.