Sobre la proliferación de delitos violentos en Bilbao y especialmente en el caso del odioso crimen de un vecino de Zornotza por un par de bestias inhumanas que dejaron en vísperas de Navidad un huerfanito de 5 años para robar una miserable cartera, en un claro delito de odio, quisiera decir.
1.-No carguemos las culpas en el sr. Aburto como pretenden algunos para rascar votos. Es inmoral e injusto. Tampoco repitamos, sr. Aburto, el mantra de ciudad segura, porque ahora no lo es. No reconocer un problema es nefasto.
2.-Volvamos la vista hacia leyes y jueces. La continua entrada y salida de delincuentes juveniles peligrosos de los juzgados es una auténtica tomadura de pelo al ciudadano y a las fuerzas de orden público.
3.-También indignación ante lo que podríamos llamar “racismo positivo” (todos los racismos deben ser rechazados). Un asesino es un indeseable sea de Apatamonasterio, de Bilbao o del Rif.
4.-Los resultados de nuestra política de acogida de menores no acompañados es un fracaso.
5.-Huyamos del maniqueísmo de “los vascos también fuimos inmigrantes y nos ayudaron”. Pues sí, pero nuestros antecesores fueron a otros países a trabajar en condiciones muy duras. También en Bilbao hay africanos, latinos y gente de todos los orígenes que se dejan el pellejo por un sueldo.
6.-Los chavales de Altsasu que rompieron el tobillo de un guardia civil llevan 14 meses en la cárcel y están a la espera de un juicio con condenas inhumanas de 60 o más años Eso sí que es discriminación ¿por ser vascos?
7.-El portavoz de Jueces para la Democracia decía el otro día que cada vez se hacen más levantamientos de cadáveres de ancianos que viven completamente solos y cuya muerte no es percibida por nadie del entorno. Que me llamen lo que quieran, pero yo cerraría la mitad de los centros de acogida de menores no acompañados y haría residencias de ancianos en los cuales tendrían cabida nativos e inmigrantes de buena voluntad.