Todo personaje público se inventa un lema como atributo de su categoría. Este debe ser el estrafalario de Rajoy, que traducido viene a significar Cómo me río de vosotros. Solo hay que ver la soltura con que se presenta en la tribuna de las Cortes y con qué ironía responde a las interpelaciones de la oposición. Usa ese estilo entre cínico y sorprendente que es lo que le ha dado un tono que cautiva a sus diputados, a los periodistas de medios que viven de la publicidad oficial y a esa masa amorfa de votantes acríticos que le votan a pesar de que su partido está acosado ante los tribunales a causa de la corrupción. Reírse de todos es dar una rueda de prensa a través de un plasma. Es dar a Bárcenas ánimos sabiendo que está encarcelado por corrupción. Se ríe de nosotros cuando afirma con énfasis que el préstamo del BCE no era rescate y que no costaría ni un euro a las arcas públicas. Ahora el Banco de España reconoce que nos costará 40.000 millones. Ha puesto de moda pleonasmos como que “un plato es un plato”. Otros, faltos de sentido o sintaxis que hacen las delicias de los humoristas en sus tiras cómicas, como “cuanto peor mejor y cuanto mejor peor?” o “los españoles son muy españoles y mucho españoles” y una batería de expresiones necias. Se ríe de los catalanes porque sabe que la táctica del búho que sigue en la crisis del referéndum de Catalunya será un éxito pleno y volverá a ganar las próximas elecciones. Decía La Pasionaria: “Hay momentos en la historia de un pueblo en el que la indiferencia es un crimen”. Y la oposición mirando para otro lado?
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