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Dando la chapa

CIRCULAN estos días por los sanfermines de Iruñea unas chapas con mensajes sexistas a más no poder. De puro simples, la gracieta que se les supone retrata más a quien las porta que a quien las vende -sí, de esto se hace negocio-. Parecía que las chapas eran de otros tiempos, cuando nos colgábamos en la pechera del jersey ikurriñas, anagramas políticos, eslóganes ecologistas y hasta el rostro del Che Guevara. Ahora las habían sustituido los tatoos. Se ve que la estupidez aún trata de aparentar que solo es de quita y pon. Pero dan la chapa de modo permanente.