Cuando todavía la cobertura de las redes inalámbricas 4G no llega a todas partes, muchos de los smartphones no están preparados para soportar 4G y una gran parte de las tarifas de datos contratadas no incluyen el uso de 4G, llego a mi columna y pido que el 5G se haga realidad. Seguro que lo primero en lo que pensamos es en mayor velocidad, pero no es solo eso. Este estándar se tiene que constituir oficialmente en noviembre y a partir de ese momento se abre un enorme mercado para que se creen nuevas compañías y nuevos puestos de trabajo que desarrollen el despliegue tecnológico 5G.

La verdadera revolución vendrá de la mano del mundo de la telemedicina, los videojuegos, Internet de las Cosas (IoT), la realidad virtual y la telefonía. Estas tecnologías han tocado techo por culpa de la latencia, el tiempo que tardan los datos en llegar a su destino. Si queremos que un cirujano pueda operar a un paciente mediante un robot en remoto, las órdenes tienen que ser inmediatas, algo que no sucede con el 4G. El otro gran avance que deberán traer es que los dispositivos sean capaces de hablarse entre ellos sin depender de la cobertura de una antena cercana. Seguro que alguna vez has probado Hangout o Skype en casa, con tu propio wifi, entre dos teléfonos. Pues los datos de un dispositivo van desde casa hasta los servidores de tu operador, que puede estar a miles de kilómetros, para volver al otro teléfono que está en nuestra casa. Este avance va a ser fundamental si queremos que los vehículos autónomos sean una realidad en breve plazo.

Hemos puesto 2020 como el nuevo punto de inflexión para la disrupción tecnológica. Los avances en la física cuántica, mayores usos del grafeno, la nube total, las placas de arduino y el 5G van a confluir y hacer realidad esa cuarta revolución industrial. Las cosas dejarán de ser tal y como las conocemos. Yo me veo capaz de predecir la tecnología que viene, pero soy incapaz de saber cómo reaccionaremos los seres humanos ante estos cambios. Pero tengo claro que la forma de trabajar, de conducir, de hablar, de estudiar, de divertirnos no se va a parecer en nada a como lo hacemos en la actualidad. Tienes que estar muy bien preparado para la ola que viene, no digas luego que no te avisé.