Síguenos en redes sociales:

Mucho más que una “lunática con velo”

Mi fe católica no me impide rechazar, bien al contrario, algunos de los planteamientos teológicos que parece que sostenía Teresa de Calcuta: el valor salvífico del sufrimiento por el sufrimiento, por ejemplo. Pero esa mujer dedicó su vida a los más pobres, a los más necesitados. Algunas personas, pocas a decir verdad, decidieron seguir su modelo de vida. Es muy exigente. Modelo en el que estoy seguro de que cometió más de un error y negligencia. En el tratamiento de muchos enfermos a los que cuidó, enfermos a los que la mayoría no quería ni ver. Parece también que tenía muy mala leche y era autoritaria. Pero, lo repito cuantas veces haga falta, dedicó su vida a los más pobres, a los que nadie quiere tratar porque no tienen dinero, ni poder, ni influencia alguna. Y su simple imagen producía rechazo, asco, aversión. Pero ella, Teresa de Calcuta, estaba allí. Con ellos.

Nada de esto parece entender Javier Vizcaíno (DEIA, 06/09/16), que solo sabe, puede o quiere ver lo que de negativo encuentra en esa mujer a quien, lo que etiqueta como “transnacional de la fe” ha canonizado, mujer a la que pretende insultar llamándola “lunática con velo”. Pero eso es como escupir tumbado boca arriba. Tengo que echar mano de Voltaire para escribir en el mismo medio que acoge tantos de sus dislates contra “la transnacional de la fe” de la que intento no ser indigno miembro. En todo caso, estoy a años luz de las virtudes (sí, virtudes) de la “lunática con velo”. Y esté tranquilo Javier Vizcaíno: nadie le va a tachar de “meapilas al servicio de la carcunda episcopal”.