Se atribuye al pueblo vasco la comprensión de la ley de la Constitución española, como si la jurisprudencia española se usara en beneficio del pueblo vasco. La jurisprudencia española se usa invariablemente en beneficio de todos los españoles y en particular de los más poderosos. Implica que no hay naciones sino solo la única nación española, que los lazos entre un vasco y un andaluz, pongamos por caso, son indisolubles y necesariamente idénticos. La ley dice que no hay diferencias ni conflictos de intereses, y no se puede tocar la Constitución. Para los problemas de jurisprudencia sociológica y de justicia, de estructuras existenciales, técnicamente, política y culturalmente, distintos, se aplica la ley de la Constitución como si los valores humanos no fueran el fundamento de su soberanía de los pueblos, como si los vascos fuéramos vasallos de Madrid, sometidos por el engaño, la corrupción, la sumisión servil jurídica de un régimen soberano, que no es el pueblo vasco. La naturaleza de la persona y de su relación con el mundo que le rodea se evalúa no en términos de competición de ideas, sino en el juego sucio del escaparte de la ley y de la crítica de Madrid, articulándonos y equiparando su moralidad, sus ideas y sus valores con las de los vascos, como si todos tuviéramos que obedecerlos. ¿Estamos obedeciendo los frenos al progreso, o estamos a las órdenes de quien dirige y sirve a Euskal Herria?
- Multimedia
- Servicios
- Participación
