España y Venezuela
Los tres partidos políticos que apoyan el corrupto sistema político español de 1978 -PP, PSOE y Ciudadanos- han mostrado su respaldo a la contrarrevolución en Venezuela. Los expresidentes Felipe González y José María Aznar han empleado una especial beligerancia hacia el gobierno bolivariano, llegando Aznar a dar su apoyo al golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez en 2002. La política española hacia América Latina ha oscilado entre el neocolonialismo económico, el paternalismo y la falsa neutralidad. Del atlantismo limitado del general Franco a la neutralidad de la UCD y el PSOE en el conflicto de las Malvinas, pasando por los gobiernos de Aznar en los que se intentó introducir capital privado español en aquella región. Ciertamente las cosas habrían podido ser de otra forma. Pero la derecha española y la socialdemocracia mantienen relaciones carnales con Washington. Y no faltan las nostalgias imperiales, como las que exhiben algunos políticos españoles en aquellas repúblicas ,intentando dar lecciones de democracia. El comandante Chávez fue el conductor de un proceso revolucionario nacional venezolano pero que tuvo una proyección continental y me atrevería a decir que incluso intercontinental, pues impulsó un orden internacional equilibrado en donde primara la relación Sur-Sur y con Eurasia. Dignificó a las masas humildes e intentó liberar a su pueblo del extrañamiento cultural. Ahora la ofensiva neoliberal, apoyada por Estados Unidos, ha situado a magnates, banqueros y empresarios en los ejecutivos de varios países que amenazan con hacer retroceder en derechos sociales y políticos a las masas trabajadoras. La vieja democracia liberal oligárquica generó una enorme masa de excluidos. El comandante Chávez encarnó física, moral e intelectualmente la ruptura con ese viejo régimen del puntofijismo. Los sueños de Bolívar siguen vivos para disgusto de Aznar, González y Rivera.