Desmintiendo a Rajoy
La deuda pública, récord en el último siglo, y las consecuencias del incumplimiento del déficit niegan el presunto éxito de sus políticas económicas y convierten en utópicas sus promesas preelectorales sobre empleo e impuestos
LOS datos facilitados por el Banco de España de la deuda pública del Estado y las exigencias de la Comisión Europea (CE) ante el incumplimiento reiterado de los objetivos del déficit desmienten absolutamente el que Mariano Rajoy pretende éxito de sus políticas económicas y cuestionan de raíz la atribución a las mismas de un presunto inicio de la recuperación tras ocho años de grave crisis. El alcance de la deuda pública al finalizar el primer trimestre de 2016, cuando ha superado por primera vez en la historia el billón de euros y alcanzado por primera vez desde hace un siglo el 101% del Producto Interior Bruto (PIB), convierte el supuestamente incipiente crecimiento de la economía estatal del que Rajoy se ufana en inane e irreal por cuanto el ritmo de dicho crecimiento es menor al de los compromisos de deuda adquiridos, lo que deriva en inestabilidad al colocar la economía del Estado en manos de sus acreedores, tal y como se demostró no hace tanto con la crisis de la prima de riesgo. Y aun siendo cierto que la deuda pública de otros estados de la UE -Grecia, Italia, Portugal, Chipre, Bélgica e Irlanda- también supera su PIB y la de otros como Francia están por encima del 90% del mismo, en esta ocasión el mal de muchos no hace sino acentuar la amenaza. Por otro lado, el hecho de que la CE haya pospuesto a julio, es decir, a después de las elecciones del 26 de junio, la imposición de la multa al Gobierno Rajoy por el incumplimiento del déficit, no supone no interferir en el proceso electoral, sino todo lo contrario, puesto que evita concretar tanto la sanción como la previsión de nuevos recortes presupuestarios -de hasta 8.000 de euros en los próximos dos años- que exigirá al gobierno salido de esa cita electoral para limitar el déficit al 2,5% en 2017, tarea virtualmente imposible si la previsión europea para este 2016 es del 3,7% el PIB, siete décimas por encima de la corrección necesaria para alcanzar el objetivo a final del próximo ejercicio. Pero el desmentido que la realidad hace a Rajoy va incluso más allá: los datos evidencian la falsedad de los supuestos compromisos que el candidato y presidente en funciones ha venido adquiriendo en precampaña a sabiendas de la utopía que supondrá en esa coyuntura crear dos millones de nuevos empleos, como acaba de anunciar, o bajar impuestos, como acaba de declarar al Financial Times en una entrevista.