La prensa publica la transcripción de unos mensajes cruzados entre la reina Letizia (con zeta) con Javier López Madrid, yerno de Villar Mir, propietario de OHL e implicado en varios casos de corrupción. En ellos le muestra su solidaridad y comprensión tras haber sido imputado por un juez por disponer de dinero negro a través de una tarjeta black facilitada por Bankia. Es un diálogo extenso y sincero, pues la reina le llama “Compi Yogui” como expresión de confianza. Además, con toda la espontaneidad exclama turbada “merde”, en un alarde de sincera amistad, lamentando que estos problemas le sucedan a su amigo del alma en la España en la que reina. En el diálogo tercia después el rey Felipe dándole ánimos y mostrándole que le parecía una injusticia lo que le sucedía, por lo que le invita a comer para comentar el infortunio. El rey prefiere no utilizar aparatos electrónicos para comunicarse con los amigos, quizá porque pueda sospechar que puede tener consecuencias, como así ha sido en realidad, por lo que se ha tratado de borrar cualquier vestigio que pudiera quedar grabado, con resultado negativo, en vista de que son pruebas incriminatorias que van a evidenciar una vez más que la monarquía debe dedicarse solo a reinar. Alguien dijo que “el rey reina, pero no gobierna”. Debe ser cierto, pues todos estos despistes que comete suceden porque no tiene otra cosa que hacer en todo el día más que reinar, es decir, dar imagen idílica, aunque hasta en algo tan elemental son torpes. Letizia da una imagen de reina moderna que se salta el protocolo, pues domina el vocabulario con expresiones populares como ¡mierda!, expresada en francés que es plus select. Además, da un tono de intimidad al llamar a su amigo “Compi Yogui”, si bien Lopez Madrid llama al rey “señor”, como corresponde al tratamiento de las monarquías tan populares y queridas por la población.
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