La RGI, un privilegio
Esta ayuda la pueden cobrar las personas que no disponen de recursos o que, aún teniéndolos, son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas, y que reúnan una serie de requisitos. Pueden ser personas sin trabajo, trabajadores con pocos recursos, pensionistas, perceptores de otro tipo de pensiones, inmigrantes sin permiso de residencia y debiera incluirse a los políticos a la espera de dar comienzo las sesiones de trabajo en la legislatura. Estamos realmente sorprendidos de que los políticos, lleven uno o dos meses cobrando sin hacer nada de nada. Solamente han asistido a unos plenos, donde se dedican a calentar el asiento, que nunca será el mismo que el que ocupan los trabajadores sin empleo en las sedes del paro. Pero la cosa no acaba aquí, seguirán en la misma situación político-económica hasta que según la normativa se deban disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. No me digan que estos no son privilegios para sus señorías. Cuando los trabajadores esperan a las puertas de las empresas a que sus directivos les llamen a trabajar, no cobran más que la RGI. Si los políticos son los artífices de estas situaciones por qué no se aplican el cuento y viven las mismas situaciones de los trabajadores. Una forma de dar ejemplo es ponerse en la situación del otro. Hace años me explicaba un filosofo de la educación que la mejor manera de transmitir vivencias y enseñanzas escolares es cuando uno las ha vivido en persona. ¡Está claro! Aquí radica la diferencia. Mientras unos ven peligrar sus puestos de trabajo, otros ya los perdieron hace años y muchos ya ni recuerdan cuál fue el último trabajo que obtuvo; ustedes, sus señorías, respiran tranquilos sabiendo que sus sueldos y sus dietas se mantienen fijas. Aplíquense el cuento y decidan cobrar la RGI hasta que alcancen los acuerdos necesarios en el hemiciclo. Elijan presidente, nombren gobierno y de comienzo, ¡de verdad! la legislatura.